18 de mayo
El esplendor de la naturaleza, vestida de
primavera, nos hace pensar y contemplar tu belleza sin par.
Con este “clavel”
expresamos el gozo y la alegría que sentimos cuando nos ponemos en tu
presencia. Con él expresamos la admiración y el cariño, el respeto y el amor de
todos tus hijos e hijas.
Su aroma suave nos recuerda
que nuestro testimonio cristiano ha de ser delicado y respetuoso,
entregado y servicial, comprometido y certero.
Con razón dijo el recordado poeta: “llevar un clavel a la persona amada es decirle que es
importante y única para nuestro corazón”.
Intención:
un pensamiento para María Virgen
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