7 de mayo
El “pendiente de reina” simboliza el detalle y el buen hacer.
Aquellos que nos decimos cristianos sabemos que lo extraordinario no reside en
la apariencia o en el escaparate sino que, por el contrario, intuimos y vemos
que en la sencillez descansa el secreto de lo extraordinario.
María,
con su pequeñez y humildad, supo señalarnos el camino que hemos de seguir los
aventureros de Cristo para ser sus testigos: queriendo y amando las cosas de
cada día como un servicio a los demás. Lo contrario nos llevaría simplemente a
un hacer lo que queremos.
Por cierto,
esta flor, cuando llega la noche se repliega sobre sí misma. Ojalá que el fruto
de este mes de mayo sea precisamente lo contrario en nuestra vida cristiana:
desplegarnos para ser testimonio de lo que llevamos y sentimos dentro.
Pidamos a María: NO
AVERGONZARNOS DE MANIFESTAR NUESTRA FE INCLUSO EN LA COYUNTURA ACTUAL
“La
fe de los hombres queda sellada en sus
acciones, les modela sus facciones y les resplandece la mirada” (Santo
Tomás de Aquino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario